La comunicación entre los profesionales de la salud y sus pacientes no es solo un acto informativo, sino un pilar fundamental del proceso de recuperación, afrontamiento y bienestar emocional. Sin embargo, hay ocasiones en las que el escudo de la «verdad» se usa como excusa para la deshumanización y la falta de empatía.
Voy a compartir dos casos reales de pacientes que evidencian cómo la forma en que se transmite la información puede destruir emocionalmente a un paciente:
📌 Caso 1: Un joven con lesión medular, ingresado en un centro especializado, pide reiteradamente que le ayuden a ir al baño. Ante la falta de respuesta y la desesperación, insiste en su necesidad. Una «profesional» le responde: “Háztelo encima, así te vas acostumbrando a lo que te va a pasar el resto de tu vida”.
📌 Caso 2: Otro joven con lesión medular comparte con su terapeuta una noticia sobre un implante medular que permite a algunas personas volver a caminar. Su terapeuta le responde: “Sí, pero eso es experimental, y cuando esté disponible ya no te valdrá porque estarás atrofiado”.
¿Qué justifica estas respuestas? Según algunos profesionales, se trata de “ser realistas” y de “no dar falsas esperanzas”. Pero ¿realmente la única forma de decir la verdad es con desprecio y crueldad?
El problema de la “verdad” sin empatía
Ambas respuestas destruyen la motivación, la dignidad y la esperanza del paciente. La investigación ha demostrado que la esperanza no es un elemento secundario en la recuperación, sino un componente fundamental del afrontamiento psicológico y la rehabilitación【1】【2】.
Un estudio en fisioterapia neurológica destaca que la esperanza debe ser manejada de manera equilibrada: entre el realismo y la apertura a lo incierto. La «falsa esperanza» no es el único riesgo; también lo es la desesperanza injustificada【1】.
Otro estudio sobre la esperanza y la recuperación argumenta que hay una diferencia entre esperanza como expectativa y esperanza como deseo. Mientras que la primera implica una probabilidad realista de recuperación, la segunda es un mecanismo psicológico que ayuda a los pacientes a enfrentar su realidad. Ambas formas de esperanza tienen valor terapéutico, y destruirlas por completo puede ser devastador【2】.
¿Cómo se puede comunicar con respeto y empatía?
1️⃣ Escucha activa y validación emocional
- No es necesario estar de acuerdo con un paciente para validar su emoción y mostrar respeto.
- En lugar de respuestas crueles, un profesional podría decir: «Entiendo que es frustrante esperar tanto, voy a intentar ayudarte lo antes posible.»
2️⃣ Información clara pero compasiva
- Es posible decir la verdad sin arrebatar la esperanza:
- ❌ “Olvídate, eso nunca va a pasar.»
- ✅ “Es una tecnología prometedora, aunque aún está en fase experimental. Mientras tanto, hay muchas formas en las que podemos trabajar para mejorar tu calidad de vida.”
3️⃣ Fomentar la esperanza realista
- La esperanza no siempre significa «caminar de nuevo»; puede significar encontrar propósito, mejorar la autonomía o adaptar nuevas formas de vivir plenamente【1】【2】.
Conclusión: No se trata de «falsas esperanzas», sino de falsas justificaciones
La falta de empatía no es «decir la verdad». Es una elección. Y esa elección tiene consecuencias en la vida de los pacientes.
No se trata de engañar ni de prometer curas inexistentes, sino de recordar que el respeto y la humanidad deben ser tan importantes como el conocimiento técnico.
Porque al final, ¿qué tipo de profesional queremos ser? ¿Uno que apaga la esperanza o uno que ayuda a sostenerla, incluso en la incertidumbre?
- A qualitative study in neurological physiotherapy and hope: Beyond physical improvement: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.3109/09593980802634466
- Hope, expectations and recovery from illness: a narrative synthesis of qualitative research: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1365-2648.2008.04815.x
José López Sánchez
CEO @ Centro Europeo de Neurociencias | Intensive Therapy Specialist